sábado, 2 de julio de 2011

Día 120(30 de junio): El Museo de El Cairo




La principal visita de este día fue el Museo Egipcio de El Cairo. En él se exhiben 120.000 objetos. Al carecer de mucho tiempo sólo recorrimos las exposiciones principales.

Luego de despertarnos en el tren tuvimos un breve viaje hacia el museo. El día anterior había habido manifestaciones en la ciudad y el clima no era el mejor, por lo que íbamos mirando por las ventanas por si veíamos algo fuera de lo común.

Aquí hago un alto para contar que en cada viaje en ómnibus en Egipto, vamos con escolta policial. Además un hombre de particular va armado en los asientos de adelante. Es que el ambiente quedó caldeado luego de que Mubarak fuera destituido del poder, y en el período de traslación en el que estamos, reina una gran incertidumbre y se esperan manifestaciones y posibles actos de violencia.

Pero en fin, llegamos sin problemas al museo de El Cairo, y después que nos repartieran los tickets de entrada y los auriculares ingresamos al mismo.

La primera sala que recorrimos fue la que expone el tesoro de la tumba de Tutankamón. Como explicaba anteriormente, la tumba de Tutankamón fue la única encontrada sin saquear. Lo que se encontró en ella es una fiel muestra de cómo decoraban y llenaban de tesoros las tumbas de los faraones. También hay que tener en cuenta que Tutankamón fue un faraón poco célebre en su tiempo y murió muy joven por lo que resta imaginar lo que serían los tesoros robados de las tumbas de los faraones más importantes como Ramsés.

La calidad y cantidad de objetos de la exposición y el estado de conservación de los mismos es increíble. Alhajas y amuletos de oro, collares de oro con piedras preciosos, urnas de marfil, imágenes de Tutankamón y de varios dioses, tronos de oro y por supuesto la máscara y el sarcófago de oro de Tutankamón son sólo algunos de los abundantes objetos que podemos encontrar.

Para entrar a la sala de las momias hay que sacar un ticket extra. Por supuesto no iba a perder la oportunidad de ver en persona las momias mejor conservadas del mundo.

La sensación que uno tiene cuando se encuentra cara a cara con Ramsés II, hombre que murió hace más de tres mil años es de sobrecogimiento. Cómo explicar lo inexplicable, cómo contemplar lo que nunca pudo haber sido contemplado. Pero allí ante mí, Ramsés II dormía su sueño eterno. Sus flacos y largos brazos se cruzaban ante su pecho, preparado para ingresar al mundo de los muertos.

Lo que nunca habrá imaginado Ramsés II es que más de tres mil años después de muerto iba a ser un objeto de exposición en un museo, y que sería contemplado por un hombre de otro continente del que nunca escuchó ni su nombre. Quien sabe donde estará dentro de tres mil años más.

También otras momias de exponían en la sala y la impresión era la misma. Hombres y mujeres muertos a diferentes edades, que vivieron por un soplo de aire y que murieron por una eternidad.

Después recorrimos varias salas del museo, dividido en diferentes períodos de la historia. Uno encuentra muy buen material, pero echa de menos una adecuada señalización y una mejor consigna de los objetos expuestos.

Volvimos al autobús y recorrimos dos mezquitas, una iglesia y una sinagoga. Todas muy bonitas, pero no me impresionaron demasiado. Para un día ya tenía bastante con conocer las momias y el tesoro de Tutankamón!

Como las manifestaciones del día anterior habían sido en la plaza en frente al hotel donde nos habíamos alojado la primer noche en El Cairo, nos cambiamos de hotel. Nos alojamos en el Holday Inn un hotel con mucho más lujo. Las habitaciones eran enormes, el gimnasio completo, la piscina muy bonita.

Allí pasamos la noche y despedimos al Nacho que se separaba del grupo. Con Nacho pasamos casi cuatro meses juntos, compartiendo cuarto en la etapa del grupo de viaje. La convivencia, salvo pequeños roces, fue espectacular. Ambos aprendimos a adaptarnos y a respetar el lugar del otro. Le deseo lo mejor en su vuelta a Uruguay y en su viaje por Sudamérica, y ya nos veremos a fin de Octubre para compartir anécdotas y experiencias. Como siempre un gran amigo, que tengo la suerte de conocer desde hace ya más de quince años.

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