sábado, 25 de junio de 2011

Día 109-112(19 de junio-22 de junio): Emiratos Árabes Unidos




Ni bien llegamos a Dubai, Emiratos Árabes, caímos en la cuenta de que habíamos dejado atrás el Asia milenaria. Las autopistas gigantes y bien señalizadas, los autos lujosos, y los edificios y rascacielos modernísimos, eran para nosotros (que veníamos de visitar la India, Nepal, Tailandia, Camboya, Vietnam) una muestra de un mundo que habíamos olvidado.

Antes de pasar a informarles sobre algunos sorprendentes datos estadísticos, quiero contarles sobre la sensación que me acompañó durante todo el viaje desde el aeropuerto hasta el hotel, y luego durante los primeros días en la ciudad. Todo me resultaba artificial. Me resultaba inconcebible la existencia de una ciudad tan moderna y desarrollada en el medio del desierto. Los edificios lejanos se veían envueltos en una bruma espesa, producida por el calor y el vapor. Grandes espacios de la ciudad estaban vacíos; allí no crecía nada... salvo arena y más arena.  A sus alrededores, jardines de hoteles eran regados, y los colores del césped y de las flores eran intensos, nítidos y claros. Pero a su vez, si esto es posible, su intensidad era tímida, temblorosa. Si el hombre abandonara la ciudad, se llevaría consigo todos los colores.

Los Emiratos Árabes Unidos son un conjunto de siete Emiratos con importante autonomía. La capital es Abu Dabi, el emirato más poblado y con mayor extensión territorial. La población total es de menos de cinco millones de habitantes.

El país está dentro de los venticinco países con mayor ingreso per cápita, siendo superado sólo por Quatar en la región. La riqueza se basa claro, en la explotación del petróleo y del gas natural. Sin embargo en lo últimos años el crecimiento del PIB ha sido causado mayormente por la constante llegada de inversiones a las zonas libres de impuesto.

La población en el caso de Dubai está formada en su mayoría por extranjeros. Los nativos de Dubai tienen asegurado una buena calidad de vida. Según nos contaban los guías (en información sin corroborar y posiblemente algo inexacta) por cada hijo el gobierno paga usd 30.000,00 y por el casamiento usd 100.000,00. Además los nativos deben trabajar sólo nueve años para jubilarse. Trabajan sólo algunos días a la semana. Ganan más de usd 10.000,00 por mes.

Esta realidad contrasta con los extranjeros que van a trabajar a Dubai para que su familia pueda subsistir. En Dubai vive una amiga de Virginia, Lorena, que está trabajando de azafata en Fly Emirates. Ella nos contó la realidad de los conductores de taxis. En su mayoría son gente de India o de Pakistán. Trabajan doce horas los siete días de la semana. Cada dos años tienen un mes libre que lo utilizan para ir a ver a su familia. Ganan mensualmente tres mil rupias, algo así como ochocientos dólares. Viven en apartamentos de a diez y mandan todo el dinero para sus familias. Es claro, esclavitud moderna. Veo la tristeza en sus miradas, nos decía Lorena.

Es raro ver gente caminando, la vida transcurre dentro de los rascacielos y los centros comerciales, los aeropuertos y los vehículos. En Dubai se observa un perfil cosmopolita. En los centros comerciales es sorprendente la mezcla de religiones, razas, culturas. En Abu Dabi, el otro emirato que tuvimos el gusto de conocer no es tan así. Allí la mayoría son musulmanes y no hay tantos extranjeros. Para ejemplificar esto basta una anécdota.

El día que visitamos Abu Dabi lo primero que hicimos fue bajar a la playa. El agua estaba muy caliente y no refrescaba pero ya que estábamos allí teníamos que darnos un baño. Además habíamos buscado la entrada a la playa durante más de media hora. Estábamos charlando en el agua y de pronto el guardavidas sonó el silbato y nos comenzó a hacer señas. Julio le había dado un beso a Virgin y estaban terminantemente prohibidas las muestras de afecto entre el hombre y la mujer en lugares públicos.

La salud no me acompañó en mi estadía en Emiratos Árabes. El día que llegamos estuve en vueltas con el seguro médico para ir a un hospital para que un médico me viera las encías, ya que producto del golpe en Bangkok se me había generado un hematoma muy doloroso en la encía de adelante. Finalmente me enviaron un médico al hotel, quien me diagnosticó que tenía una infección y que debía tomar antibióticos y anti inflamatorios por unos días.

Al día siguiente, junto a Fabián, Nacho, Julio y Virginia alquilamos un coche y fuimos a conocer Abu Dabi. En el camino pasé por una farmacia donde compré los medicamentos. Comencé el tratamiento, pero cuando ya de noche, volvíamos hacia nuestro hotel en Dubai, empecé con mareos.

Una vez que llegamos estuve con vómitos y diarrea por lo que al otro día me quedé en el hotel recuperándome. Asimilé los antibióticos y pude seguir el tratamiento, lo que me tenía preocupado. Pero me perdí del city tour por la ciudad y la noche en el desierto con el paseo en jeep y el espectáculo de la danza del vientre.

Al otro día temprano me sentía revitalizado, y después de una mañana en la piscina fuimos a la casa de la amiga de Virginia, que está trabajando en Dubai de azafata. Fue un gran día en el que Lorena nos enseñó muchas cosas sobre la vida en Dubai, y conocimos el Emiratos Mall donde hay una pista de sky con nieve artifical, el Dubai Mall el centro comercial más grande del mundo y la fuente más grande del mundo donde presenciamos un espectáculo increíble de música y luces.

Volvimos a nuestro hotel, el Arabian Park, tarde en la noche y preparé las valijas rápidamente. A las dos de la mañana debía estar en el lobby del hotel ya que partíamos hacia al aeropuerto donde a las cinco de la mañana salía mi vuelo hacia El Cairo.

Para completar la entrada sobre Emiratos Árabes tengo que hacer mención a la mezquita del jeque Zayed, en Abu Dabi. La visitamos el día que alquilamos el coche y la conocimos cuando estaba atardeciendo. Por lo que fuimos testigos de cómo los focos la iban iluminando cuando el día dejaba el paso a la noche.

Es la tercera mezquita más grande del mundo y tiene espacio para albergar a treinta mil fieles. Ostenta dos récords: la alfombra más grande del mundo y la lámpara más grande del mundo. El material utilizado para su construcción es el mármol que también se encuentra en el suelo del patio.

Pararse en el medio del patio a contemplar las cúpulas y los pilares de mármol iluminados por las luces azules, turquesas y doradas, mientras por los parlantes se oían los cánticos islámicos me dejó mudo y con la piel erizada. Se permite la entrada a los no fieles por lo que pudimos además conocer el interior de la mezquita y caminar por la alfombra de 5.627 metros cuadrados y mirar las lámparas que colgaban del techo de colores rojo, amarillo y verde.

Fue terminada en el año 2007 y estoy convencido de que en pocos años será considerada una de las maravillas del mundo moderno.

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