lunes, 14 de marzo de 2011

Día 10(12 de marzo): North Shore

Luego de hacer el check out en el Hokondo Waikiki Beachside Hostel, Mati y Nacho fueron hasta las cercanías del aeropuerto, donde teníamos pensado alquilar el auto, ya que era el lugar más barato que habíamos conseguido. Con Juanchi nos quedamos esperando con las valijas a que nos pasaran a buscar.
Aparecieron con una camioneta Jeep espectacular, la cual  iba a ser nuestro medio de transporte por los próximos dos días, en nuestra aventura hacia North Shore.
Waikiki es el lugar más turístico de Hawai, los hoteles abundan y el turismo es la fuente de ingresos de la mayoría de los lugareños. Mucha gente en la playa, en la calles, servicios y propuestas gastronómicas, excursiones, todo lo que uno quiera lo tiene al alcance de la mano. Nosotros somos más bohemios, y North Shore, según habíamos averiguado, era el lugar que tenía las mejores playas, era más tranquilo, y no era tan turístico.
Para llegar a North Shore debíamos tomar la ruta que recorre la isla de Ohau por la costa desde el sur hasta el norte. Por el camino íbamos parando en diferentes puntos, cuando queríamos.
El primer lugar donde nos detuvimos, nos llamó la atención por la cantidad de autos que estaban estacionados al costado de la ruta, pensamos que estaban allí por la vista a los morros y al hermoso mar de aguas azules transparente. Cuando nos bajamos de la camioneta nos dimos cuenta de que era un poco más que eso.


Desde la ruta hasta el mar, formando pequeñas elevaciones, la lava que se había deslizado desde el volcán hacía mucho tiempo, se había solidificado. Era increíble caminar por esa lava rocosa, que en un tiempo remoto había brotado enfurecida de las entrañas de la tierra, extendiendo hacia al mar sus ardientes garras. El paisaje se hacía más impactante con los morros llenos de vegetación alineados a ambos costados, y el mar que en su mayor plenitud y belleza golpeaba con rabia sobre las rocas. Piscinas naturales, una tortuga gigante, cangrejos, en fin nuestra primer parada era muy promisoria.
Seguimos nuestro camino por la ruta, bordeando el mar y avistando hermosas playas en cada vuelta del camino. Los morros a nuestra izquierda, siempre cubiertos de nubes, y el sol sobre nosotros, y a nuestra derecha el océano en su magnitud.
Nuestra segunda parada fue Makappu Beach, una playa entre los morros, con una vista genial sobre dos pequeñas islas, la cual luego nos enteraríamos, era famosa por el bodysurfing, más conocido por nosotros como morey. Las olas se formaban perfectas a metros de la costa, con una fuerza que uno se sentía una hoja a merced de un temporal. Había que esperar que rompiera una para meterse, y luego para salir esperar que se acabara la tanda de grandes olas.
La última parada fue la playa de Lanikai, una playa que había salido la mejor playa de USA en el año 2004. Es una playa muy tranquila y muy bonita, con aguas transparentes.

Cuando quisimos acordar estaba anocheciendo, y la idea de pasar la noche en nuestra camioneta no era muy tentadora, si bien ésta era amplia y confortable.
Seguimos el camino y nos detuvimos en Sunset Beach a preguntar por alojamientos. Nos dieron varias opciones. Toda la oferta, que no era mucha, estaba al costado de la ruta por la que íbamos, sólo había que estar atento, ya que esta parte de la isla se distinguía por la carencia de señales o indicaciones.
Finalmente, conseguimos un cuarto con cocina y baño en una casa bien sobre la playa, cuya vista al mar y las rocas hacía valer cada centavo de los usd 138,00 que pagamos por la noche entre los cuatro. Además teníamos snorkell, tablas de morey y patas de rana gratis.
Hicimos un surtido en Foodland, el super más cercano. Todos los precios estaban rebajados para los poseedores de Makai Card, pero se nos ocurrió preguntar si podíamos hacernos una. La mujer de la caja nos dijo que sólo necesitábamos un teléfono de diez cifras. Le tiré cualquier número y ya teníamos la Makai Card y todos los descuentos, que a nosotros nos representó un ahorro de veinte dólares en una compra de sesenta y seis.
Luego, fuimos a conocer el centro, pero nos dimos cuenta que North Shore carece del mismo, por lo que volvimos rápidamente a nuestra habitación.
Hicimos un arroz con porotos, y dormimos acunados por el golpe de las olas sobre las rocas a pocos metros de nosotros.
Estábamos en Ohau, en las islas perdidas de Hawaii, en una casa a orillas del océano.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. "Estábamos en Ohau, en las islas perdidas de Hawaii, en una casa a orillas del océano."
    Me encanta esa frase, suena como increible!
    Gano el bolso 1 - 0 en La Paternal, contra argentinos, tamos ahi todavia en la copa!!

    Q sigan disfrutando primo, abrazo!

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