Me di un baño en la playa inmediatamente al despertarme. No todos los días uno está en un hotel a las orillas de un mar asiático. El color del agua de no creer, y ya comenzaban a partir los botes para las diferentes excursiones.
Nacho, Juanchi, Ciervo y el israelita, alquilaron dos kayaks para recorrer las islas cercanas, mientras que con Matías preferimos quedarnos en la playa de El Nido, descansando. Es un paraíso, y tiene las mejores playas que vi en mi vida, así que pensaba en disfrutar y conocer las cercanías del hotel en mi primer día allí.
Me bañé varias veces, fui a recorrer la playa, y leí un buen rato en una reposera. Luego, con Matías decidimos ir a Las Cabañas, una playa cercana.
Llegamos allí en moto taxi, y el chofér dijo que nos esperaba para volver minutos antes de la puesta de sol. Es muy cerca, llegamos en menos de veinte minutos.
Nos quedamos toda la tarde, disfrutando de la playa, rodeados de palmeras.
Volvimos a El Nido antes del atardecer, y me quedé un rato largo escribiendo en la terraza del hotel, disfrutando de la vista.
Nos quedamos conversando hasta que cerró el boliche, unas horas después. Cuanta paz, cuanta tranquilidad; estar aquí es, sin más, conocer el paraíso.
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