lunes, 25 de abril de 2011

Día 54(25 de abril): Puerto Princesa


A las seis y media de la mañana, nos fue a buscar un triciclo a la puerta del hotel. Mati y Ciervo, se quedaría dos noches más en El Nido, mientras que con Nacho y Juanchi, debíamos volver a Puerto Princesa. En este día fuimos perfectamente conscientes de que la primera etapa del viaje estaba terminando.

El triciclo nos llevó a la terminal desde donde salían las camionetas hacia Puerto Princesa. Nos encontramos con el argentino, que de casualidad también se volvía ese día, y le tocó la misma camioneta.

Varias horas después, a eso de la una de la tarde, llegamos a Puerto Princesa. Desde allí, nos fuimos al hostel donde pasaríamos una noche, para al otro día, tomar dos vuelos; de Puerto Princesa a Manila, y de Manila a Beijing.

Cuando llegué aproveché para dormir un buen rato, y cuando desperté ya era casi de noche. En El Nido, veníamos de dormir pocas horas, ya que nos quedábamos despiertos hasta la una o las dos de la madrugada, y a las seis de la mañana ya comenzábamos a oír el bullicio del día y los ruidos de la construcción de una casa en el frente del hotel. Se hacía imposible dormir más allá de las siete de la mañana.

Por la noche, tocamos unos temas de Los Redondos, de Los Piojos y de la Renga con la guitarra del hotel y el argentino tocó también la armónica. Luego salimos un rato, con Nacho, el argentino y un inglés de Londres. 

1 comentario:

  1. ADIÓS, HASTA BANGKOK

    ¿El sentirse sólo es un estado de ánimo, o es una decisión? En esta encrucijada me encuentro ahora, pues por un lado está latente este sentimiento de soledad, pero por otro las ganas y la necesidad de sentirse bien, a pesar de saber que estoy solo en Filipinas. Tan solo, que en un rato quedaremos en el hostal sólo el recepcionista y yo.

    Esta mañana, me puse el despertador muy temprano, para despertar al Chelo y a Nacho, pues su vuelo era en la mañana, y no quería que lo pierdan. Ellos se van a Manila, y esta noche, ya pisarán tierras milenarias como son las de China.

    Los desperté, aprontaron sus cosas, las mochilas, el mate, y tras un fuerte abrazo, y aguantándome las lágrimas en los lagrimales, nos dijimos "adiós, hasta Bangkok". Es que no será recién hasta dentro de un mes, cuando nos reencontremos en Tailandia.

    Con Matías y Martín nos encontraremos en dos días en Manila para irnos juntos a Beijing.

    Es duro separarse de personas con las que compartiste los dos primeros meses de este sueño tan esperado. Aprendimos a convivir juntos, y a disfrutar juntos. Nunca olvidaré su mirada perdida en el horizonte, como queriendo buscar una explicación a tanta belleza.

    Conocimos juntos unos destinos increíbles, compartiendo alegrías y tristezas cuando alguno extrañaba a los suyos. Fueron muchas las sensaciones compartidas, que hicieron que la despedida sea muy dura.

    Fue emocionante ver también cómo maduramos en casi dos meses, sobretodo Nacho. Les puedo asegurar que el Nacho que despedí hace unas horas, no es el mismo que aquel que salió el dos de Marzo desde el Aeropuerto de Carrasco.

    Realmente me siento orgulloso de haber compartido con ellos esta primer etapa de un viaje que nos marcará para siempre. Recuerdo que cuando nos íbamos conociendo durante la preparación de esta travesía, veía que para ellos el viaje también era su sueño, y que el compartirlo con ellos, potenciaría el disfrute y las ganas de conocer otros mundos. Y vaya si se hizo!

    Ahora los extrañaré, pero nos mantendremos en contacto con mails, y siguiendo nuestros respectivos blogs.

    De pie señores, me despido de dos personas excepcionales como los son el Chelo y Nacho... Adiós, hasta Bangkok.

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